Nos resulta penoso que el rico Patrimonio Cultural que existe en Benalmádena no cuente con el cuidado y respeto que merece. Por ejemplo, como podéis apreciar en las fotografías adjuntas, tanto en la Alcazaba de Málaga como en el Castillo Sohail de Fuengirola no hay nada enfoscado de blanco. Si observáis bien sus entornos, hay partes restauradas y otras construidas de nuevo o añadidas (como muretes, bancales, accesos, etc.), pero todas ellas respetan la estética y el estilo arquitectónico de la época del monumento principal. Como veis, predomina la piedra vista. Estética y estilo arquitectónico que marcaron culturalmente nuestra provincia a lo largo de la historia. Sus entornos constituyen unos elementos más que complementan y refuerzan la estética y los valores culturales de los conjuntos históricos. Y sus ayuntamientos se encargaron de restaurarlos hasta convertirlos en lugares de encuentro de sus vecinos con su Historia.
Si en estos municipios respetan su Patrimonio Cultural, ¿por qué en Benalmádena no ocurre lo mismo? ¿Por qué, por ejemplo, en el entorno de la Torre Vigía de Torremuelle, que mantenía la estética y el estilo arquitectónico del monumento durante varias décadas, se ha consentido que se invadiera y se enfocase de blanco las piedras de esta zona protegida sin que las autoridades de este municipio lo impidiera?
En otros lugares, esto se hubiera considerado delito, el ayuntamiento hubiera denunciado en los juzgados dicha acción, pero aquí ni se sanciona y mucho menos se le exige que vuelva todo a su estado original... y eso que se trata de una zona pública y protegida. Si no fuera una zona protegida, ¿qué hubiera ocurrido con ella? ¿Ya hubieran construido los 42 apartamentos que tenían pensado hacer en esta zona de Torremuelle?
Como podéis comprobar, en Fuengirola o en Málaga se han gastado un dineral para que el entorno de sus monumentos mantengan su esencia cultural. En cambio en Benalmádena, algo en lo que ya se había invertido un dinero importante para mantener la estética y los valores culturales de nuestro monumento... ahora llega un individuo, un particular, y hace con ello lo que le da la gana… Y lo gracioso de todo… ES QUE AQUÍ NO PASA NADA. NO HAY CONSECUENCIAS ALGUNAS. NADIE EXIGE QUE VUELVA TODO A SU ESTADO ORIGINAL.
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